Donde la imaginación te lleve

CPEIP Luis Gil

Todos los días, Ávalon salía al camino a esperar a los niños a la salida del colegio y jugaba con ellos. Ávalon sacaba pompas y ellos las explotaban. Jugaban a pillar, al escondite, le contaban qué habían aprendido en el cole y Ávalon los miraba con los ojos muy abiertos, sin enterarse mucho de lo que le estaban contando, pero feliz de verlos sonreír.

Un dragón llamado Ávalón. Gemma Miranda

Potocó dejó de llorar y, sin pensarlo, corrió alejándose de la valla. Una vez se había distanciado lo suficiente, empezó a correr hacia la valla. Corriendo, corriendo, corriendo… y de un impresionante salto, pasó por encima del cercado. Todos los patos quedaron «picoabiertos», menos Patoribio, que reía a carcajadas encima de Potocó.

Potocó, un caballo de carreras. Patricia Moreo